Saludo del presidente


Estoy convencido que muchos cuando vean este título comentaran: UNA MÁS

Quiero presentarles a la  Asociación Andaluza de Técnicos Superiores en Audiología Protésica  (A.A.T.S.A.P ) . Efectivamente, es una Asociación más en el ámbito de la Audiología, y dentro del territorio nacional, sin embargo les puedo asegurar que es distinta.

Es distinta por varias razones y circunstancias. Es la primera asociación de profesionales audioprotésistas que refleja en su denominación la terminología referente al Audiólogo, correspondiendo así con la denominación de la nueva Titulación de Técnicos Superiores en Audiología Protésica. Es distinta porque siendo una asociación de profesionales dedicados a la Audiología Protésica, propone no solo la defensa de sus derechos y deberes profesionales, deontológicos y sociales  sino que también se preocupa de las personas con problemas de audición y de la audición en general, tal y como se promulga en el Capítulo V.- Art. 5 de sus Estatutos (que recomiendo que lean).

 

Es distinta porque agrupa a un solo perfil profesional, a los titulados superiores en audiología protésica.

¿Cuales son sus objetivos?


Para comprender y asimilar los objetivos pretendidos por la  A.A.T.S.A.P. es necesario retrotraerse a tiempos de 1980 aproximadamente. Mi larga vida dedicada a la audiología y a la audioprótesis (30 años) me ha hecho entender y comprender que los grandes problemas de la Audiología en general y de los audioprotésistas en particular vienen arrastrados desde los 80 y determinados por la gran división que existe entre las personas dedicadas a la audioprótesis, a pesar de estar integradas en una misma Asociación. Y a su vez a la desunión y falta de criterios unánimes entre las distintas Asociaciones. Es decir, que están todos revueltos pero no unidos. Es esta desunión la que mantiene a la Audiología en España en el punto muerto  en el que se encuentra, sin avances significativos en el aspecto académico que estructuren de forma unificada las materias y enseñanzas; la Universidad crea sus propios masters, y cada Universidad lo hace a su manera, el Ministerio de Educación implanta su plan de estudios, las empresas de investigación audiológica diseñan e imparten cursos en Audiología, etc. etc. Y cada uno se enfrenta a la “sociedad audiológica” con un perfil profesional distinto, acorde con las materias y enseñanzas que han recibido. Cada uno cree tener sus propios derechos, sin orden ni concierto. Así, asistimos a la realidad de no avanzar significativamente en la clarificación de las competencias profesionales, donde todo el que hace un curso de audiología cree que tiene derecho a ejercerla sin conocer cuáles son sus competencias profesionales y sin ni siquiera preocuparle los perjuicios que su actitud puede acarrear a las personas con deficiencias auditivas, a excepción de los T.S.A.P. que son los únicos que las tienen reguladas (BOE nº 13  del  15.01.2008 Capitulo II  Art.3-4-5) y  Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales.

 

Vemos como tampoco existen avances significativos en la apertura y creación de nuevos puestos laborales, tanto en el ejercicio libre de la profesión como en el ejercicio público en las Administraciones de Educación,  Sanidad y Medio Ambiente.  

Somos conscientes también del gran “abandono” que padecen las personas con deficiencias auditivas o sus familiares en cuanto a la atención e información audiológica, la cual brilla por su ausencia, y cuando existe, es una información sectaria y sesgada  conforme a los intereses del que las da y no conforme a las directrices de la Audiología.

 

Por ello, obtener logros satisfactorios en el seno de una Asociación, que satisfagan a todos sus componentes y a su vez a los distintos Estamentos y  Administraciones es realmente imposible, si la misma esta  integrada por la diversidad de perfiles profesionales que existen en la actualidad  

            La A.A.T.S.A.P. es distinta porque condensa en un mismo grupo a profesionales con un mismo perfil y cuyo objetivo es que todos los que pertenecen a la familia audiológica tengan ese  mismo perfil profesional, las mismas competencias, los mismos derechos, las mismas obligaciones y los mismos deberes. Que los profesionales que la integran alcancen el estatus académico, laboral y social que les corresponde acorde con sus conocimientos y competencias, Que la comunidad sorda se sienta atendida ante su problema de audición y que la sociedad  en general se sienta  protegida de la “infección ruidosa” que padece y de sus riesgos consecuentes.

            Resumiendo, es necesario evitar divisiones, unificar, crear directrices competenciales, crear un código deontológico, crear puestos de trabajo, potenciar la autonomía empresarial, de forma que podamos tratar y rehabilitar a las personas con déficit auditivo  y promulgar protocolos de higiene y profilaxis auditiva.

Solo así la Audiología en general saldrá reforzada de la débil situación en la que se encuentra, teniendo perspectivas de futuro equiparables a la Comunidad Europea.

No quisiera que nuestra iniciativa y nuestros objetivos se mal interpretaran como un “ataque de titulitis”  sino como una defensa al ejercicio profesional cualificado, capacitado, estandarizado, unificado, regulado y que a su vez de garantía y credibilidad al colectivo de deficientes auditivos, a la sociedad y a las Administraciones Públicas para avanzar adecuadamente en el tratamiento y rehabilitación de la deficiencia auditiva una vez diagnosticada.

Ahora ya nos conoce y sabe cuáles son nuestros objetivos. Estamos y quedamos a su entera disposición.

 

Sebastian Bernal Zafra

 

Presidente de la aaTSAP